El tejido que se forma entre los miembros de una familia es delicado y siempre controvertido, pero nos encantan las novelas de enredos familiares.
La convivencia diaria es difícil y si a eso sumamos el tener que relacionarnos con los elegidos por nuestros seres queridos como parejas, la madeja se enreda todavía más.
“Cien años de soledad” o “La casa de los espíritus” son sagas memorables en las que se narran de forma magistral las tramas de varias generaciones.
“El Baile” de Irene Nemirovsky es un claro ejemplo de cómo la autora reflejaba en sus obras la mala relación con su madre; y en “Lluvia fina”, Landero te muestra una perfecta radiografía de como los recuerdos y los rencores entre familiares hacen un daño irreparable.
Enredos y sentimientos encontrados en relaciones entre parientes es un tema que da mucho de sí y creo que merece una sección específica.