Es la primera vez que me pongo justo nada más levantarme a escribir el post. Acabé ayer la novela y tengo todavía ese regusto de buen libro y aún viven sus personajes en mi cabeza y quería contarlo antes de que se me pasase esta buena sensación.
«Tiene que ser aquí» es la segunda novela a la que le dedico un post a Maggie O´Farrell. Anteriormente había leído «La extraña desaparición de Esme Lenox» y empecé «Hamnet», pero por alguna razón no lo leí con ganas (aunque voy a darle una segunda oportunidad porque esta escritora me tiene maravillada y quizás no lo cogí en un buen momento). Insistí con ella porque su estilo me gustaba mucho y sabía que en algún momento encontraría ese relato que me hiciera el «click» y llegó «El retrato de casada», una gozada de novela a la que le dediqué un post. Me gustó tanto que decidí seguir leyendo sus libros y ha llegado a mis manos la séptima novela de la autora, «Tiene que ser aquí» y tras haberla leído me reconfirmo en que es una de mis escritoras favoritas.
Tenía ganas de volver a leer algo de ella que no fuera una recreación histórica como «Hamnet» (2020) o «El retrato de casada» (2022). «Tiene que ser aquí» es una novela anterior, está escrita en 2016 y siendo un estilo muy distinto no me ha defraudado en absoluto.
O´Farrell es camaleónica.
Argumento de «Tiene que ser aquí»
En palabras de la propia escritora:
«Es la historia de Daniel, un profesor americano, que vive en la campiña irlandesa y está casado con Claudette, una antigua estrella de cine, y descubre algo sobre una mujer que conoció hace veinte años. Esta información le aleja de su casa y de su familia. Es una novela que cruza continentes y husos horarios y que presenta una serie de personajes muy variados que se entrecruzan con las vidas de Daniel y Claudette. Es una historia sobre marcharse, sobre lo que significa pertenecer a un sitio o a una persona, pero sobre todo es el retrato de un matrimonio. De las fuerzas que lo mantienen unido y de las fuerzas que lo separan. De hecho es una reacción al libro que escribí justo antes de este «Instrucciones para una ola de calor», que tenía una estructura y unas premisas muy estrictas. Estaba escrito desde cuatro puntos de vista diferentes y transcurría a lo largo de cuatro días. Así que técnicamente era una novela bastante encorsetada. Creo que cuando lo acabé lo único que quería era escribir algo sin normas, romper con todo lo que había hecho con el libro anterior y empezar de nuevo, que fuese algo sin limitaciones y este es el resultado.»
Qué me ha gustado de «Tiene que ser aquí»
Lo que más me ha gustado de la novela es el ritmo. Creo que el ritmo en un texto es lo más difícil de conseguir y lo que realmente la convierte en especial. No me refiero a que haya un ritmo trepidante en la acción, no, al revés. Me refiero a que en novelas donde no pasan cosas constantemente, sino que hablan mas sobre la vida, las relaciones, los matrimonios, los hijos… , como es el caso, el hecho de que se mantenga el interés constante a base de una narrativa bien construida y cuidada, a base de capítulos no muy extensos en los que en cada uno de ellos se cuenta una escena muy especial, y en general que vayas detectando la gran habilidad del escritor para construir una narrativa redonda, hace que se haga la magia y que se eleve tu grado de interés, tu emoción, tu alegría o tu tristeza, y casi adictivamente quieras seguir leyendo. Esto, que puede resulta obvio a la hora de entender como debería ser un texto, es sumamente complicado y Maggie O´Farrell, bajo mi punto de vista, lo borda.
«Tiene que ser aquí» es un libro con muchas localizaciones y juega con idas y venidas en el tiempo. No te llegas a perder pero sí es verdad que a veces he tenido que volver para ver en que año había leído el capítulo anterior para ubicarme mentalmente en el tiempo del siguiente. Esta complejidad hizo que, según cuenta la escritora, tuviera que construir en un panel una especie de croquis a base de post-it en los que cada personaje tenía un color y en la parte superior le situaba en la línea cronológica del libro y en la inferior en la línea cronológica en el tiempo y una mañana se levantó y encontró en la cocina a una de sus hijas pequeñas con un gurruño de papeles en la mano, porque había entrado en su despacho y los había ido quitando. O´Farrell lo cuenta riéndose, porque aunque al principio fue un shock y la obligó a replantearse de nuevo la novela pero al final fue casi mejor y la historia siguió adelante.
Otro elemento que me gusta mucho de la novela son los diálogos. No son diálogos lineales. En la conversación vas viendo lo que pasa por la mente de cada uno de los interlocutores, lo que piensa y lo que siente.
Daniel, el padre de la familia es el personaje con el que más ha disfrutado O´Farrell a la hora de escribir el libro. El hecho de ser un hombre y de otra nacionalidad a la suya le ha supuesto un reto. Además este personaje habla en primera persona y nunca había utilizado esta fórmula; un personaje hablando en primera persona crea una dimensión más íntima. O´Farrell es capaz de construir perfiles psicológicos y situaciones complejas que al final forman un todo y el rompecabezas se va ajustando perfectamente. Daniel es un hombre que ha cometido muchos errores, que tiene un lastre del pasado y que le cuesta enfrentarse al presente pero la familia es un buen refugio y cada uno de sus miembros tiene su lugar y aporta un poquito de la fuerza que va necesitando para salir a flote.
Me gusta el tono de la novela. Te deja un buen sabor de boca, toca muchos temas y algunos difíciles pero no te agrede ni te ofende. Trata las situaciones con extremada delicadeza pero sin huir de claras descripciones sobre la realidad que se está viviendo. Es una prosa elegante. En este caso cuando habla de un gran dolor:
La muerte de mi madre me consumía como el fuego, porque era la única persona (hasta que apareció Claudette) que me quería con una ferocidad tan incuestionable y completa que, cuando la perdí,me quedé como desarraigado, como sin sustancia, como si hubiera dejado de existir.
O en este otro cuando habla del amor:
Es casi indescriptible el alivio que siento cuando me toca. Creo que nuestro idioma no tien una palabra suficientemente generosa que sea capaz de expresar la euforia que me embarga al hundir la cara en su pelo, al zambullirme dentro de su abrigo y apretar su cuerpo contra el mío. ¡Qué redención, recibir amor! Cuando nos aman damos lo mejor de nosotros. No hay nada que pueda sustituirlo.
Dos años tardó O´Farrell en teminar el libro y qué gusto leerlo. Hace mucho tiempo que no me pasaba con ningún otro escritor el hecho de terminar un libro suyo y estar deseando leer otro. Estoy totalmente enganchada. Me he comprado «La distancia que nos separa» (escrito en el 2004) y estoy deseando leerla. Me parece un planazo. Además no sólo estoy motivada a la hora de seguir sus historias, sino que me anima a escribir cada día más. Gracias Mrs. O´Farrell, un verdadero placer haberla conocido.
Gracias por seguir en mi blog leodisfrutoescribo y estoy deseando saber vuestra opinión.
Buena lectura.