¿Que actividad de ocio conoces en la que participen, de forma activa y entusiasta, dedicando mucho tiempo al día, tanto hombres y mujeres de todo el mundo entre 16 y 65 años? y no es ver el fútbol.
Es mejor que el fútbol porque no existen agresiones físicas, nunca se llega a las manos. Lo malo es que es adictiva. No, no es el tabaco.
La función inicial de esta actividad, es decir, el objetivo de su nacimiento fue intercambiar una comunicación fluida y compartir contenido de forma sencilla. Esta función se sigue manteniendo pero con ciertas ampliaciones…
«El 87% de los internautas de 16 a 65 años utiliza Redes Sociales, lo que representa casi 26 millones de usuarios en España» , según IAB Spain, la asociación de publicidad, marketing y comunicación digital en España, y su Estudio Anual de Redes Sociales 2020.
Siguiendo con las conclusiones de este estudio, en Facebook, donde «el 91% de usuarios son mujeres, dedican (dedicamos) de media una hora y trece minutos al día«. Y eso que solo he facilitado el dato de Facebook, pero sigo leyendo y me encuentro con que «los usuarios españoles usan una media de 3,7 redes sociales». Es decir , que si sumamos a esa hora y trece minutos el tiempo dedicado a las otras tres redes a las que también dedicamos tiempo pues…. en fin, que no soy capaz de sacar el tiempo total de nuestra vida dedicada a esta gran actividad de ocio.
No me voy a poner moralista con el uso de las redes sociales, yo soy usuaria de ellas y creo que como todo en la vida si se utiliza con cabeza es bueno y si no se sabe utilizar es malo (sabia reflexión..).
En lo que sí me gustaría detenerme es en el motivo, el porqué no podemos vivir sin compartir datos sobre nosotros y nuestra intimidad, porqué no los compartimos solo con amigos, quizás eso sería una tontería porque de hecho en la mayoría de los casos ellos están presentes en esos acontecimientos, sino que se lo contamos a miles de personas que no nos conocen.
¿Qué sentido tiene esto? Llevándolo al terreno no digital, es como si sales a la calle y empiezas a parar a la gente y a enseñarle fotos de tus hijos, de un amanecer con tu novio, de las gracias de tu mascota… Ridículo, ¿No? primero te morirías de vergüenza, y en segundo lugar la persona te diría que le importa un bledo y que no le molestes. Lo digital nos ofrece distancia, nos lanzamos al vacío, no molestamos a nadie, es como gritar pero sabiendo que siempre habrá alguien que te escucha.
Contando historias en facebook o instagram, por ejemplo, sentimos que formamos parte de algo, y creo que ese es el quid de la cuestión. Cubrimos necesidades sociales y de reconocimiento, el tercer y cuarto nivel de la jerarquía de las necesidades humanas de Maslow (después de cubrir necesidades fisiológicas y de seguridad). Las necesidades sociales se refieren, al afecto, a formar parte de un grupo y ser aceptado por él (entre otras cosas), necesidades que se forman a partir del esquema social, y respecto al reconocimiento, ahí andamos en terreno, a mi modo de ver, aún más pantanoso, porque entra la palabra autoestima. La necesidad de querer destacar dentro de un grupo social, ser valorado y respetado.
En fin, que cuando Mark Zuckerberg puso en marcha su invento entre los estudiantes de Harvard, de crear una forma de intercambiar información fluida, no sabía donde se metía. Estaba tocando el terreno de las emociones, de afectos, de pertenencia a un grupo, de reconocimiento, de autoestima. Términos muy persuasivos utilizados en muchas ocasiones en acontecimientos de la historia de la humanidad, pero también peligrosos, no siempre utilizados para finales felices.
Será todo esto fruto de haber visto en una de mis series favoritas de Netflix, «Black Mirror», los capítulos «Añicos» y «Caer en picado», dos estupendos ejemplos de los efectos de las redes sociales, llevados al límite, por supuesto. No os voy a desvelar sus argumentos, explorarlos por vosotros mismos, merecen la pena.
Como punto final, os dejo un mini relato que hace tiempo escribí sobre el tema que nos ocupa y que espero que os guste:
¿por qué estas en Facebook?
– Pues no se, todo el mundo está, ¿no?
– Bueno, es un comienzo… aunque yo no estoy y sigo viva.
– Vale, tienes razón, déjame pensar. Comparto con amigos mis experiencias. ¿Te vale?
– Como la foto que me dijiste que fue un éxito de la comilona en Valencia ¿No?
– Fue un día fantástico, había mucho que celebrar.
– ¿Te habría decepcionado si nadie le hubiera dado a “me gusta”?
– Hombre, pues ..…
– Era tu experiencia, y en ese momento estabas celebrando con tus mejores amigos algo importante ¿No es suficiente?
Por favor no lo veas como una crítica, solo pretendo entenderlo.
– Ya lo se. No me molesta, nos conocemos desde hace mucho tiempo. Intento explicarme pero no se, me es difícil , porque es algo ya rutinario para mi. Me ocurre algo y enseguida me apetece publicarlo.
– Jajaja ¿adictivo?
– Supongo que un poco, el día que no me conecto, aunque solo sea para cotillear, siento que me falta algo…
Los cumpleaños, por ejemplo. Ya sabes lo desastre que soy, pues en más de una ocasión he felicitado a alguien porque Facebook me lo ha recordado… y… no se.
– Pues eso sí que está bien.
– Es raro, si lo pienso fríamente no se qué pasaría si desapareciera la Red.
Con mis amigos de siempre ya estoy en contacto… son pocos pero buenos y con el resto …. supongo que se perderían.
No me quiero poner trascendente, pero ahora que me paro a pensar en todo esto, creo que es una forma de enseñar una parte de mi que me gusta, hacer que vean a mi familia, cómo nos divertimos…, me gusta enseñar a las personas y situaciones que me hacen sentir bien. Publicando todo esto me digo a mi misma que no lo estoy haciendo tan mal, que hay momentos para recordar.
– Ya, pero no es como un álbum de fotos, el mero hecho de publicar tus experiencias no es suficiente. Se necesita contestación, que digan que es estupendo, que eres estupenda ¿Verdad?
– Pues claro, me gusta gustar, eso es así y si nadie lo ve, o si a nadie le gusta pues es un chasco.
– Tienes razón, es la naturaleza humana… Es una forma voluntaria de abrir las puertas de la intimidad que queremos mostrar. Supongo que ahí radica el secreto del éxito de todo esto.
– No sabes lo que me alegro de volver a vernos después de tanto tiempo. Te echaba de menos.
– Y yo a ti.
El tema da para mucho pero me quedo aquí, que tengo que preparar el post para instagram y facebook. ¡A ver si llega a mucha gente!
5 Comentarios
.SUSANA
Estupenda reflexión sobre las redes sociales. Está claro como funcionan. Yo me reservo mis opiniones al respecto, pero me inclino a pensar que se están convirtiendo en una forma de manipulación como nunca la ha habido, soy un poco paranoica…🤪🤪
.SUSANA
Otra vez yo. Corrijo: más que una forma de manipulación, un medio para controlar, y, después, manipular.
.natalia_garcia
Pues un poco de eso es, desde luego. Lo peor es que es como el tabaco, que se sabe que es malo para la salud y que puede matar y se sigue fumando. Facebook sigue teniendo miles de usuarios, sabiendo que es una forma de conocer todos nuestros datos y formas de vida para utilizarlas no sabemos como. En fin, pues por lo menos en el mientras tanto disfrutemos.
.Almudena García Martinez
Lo que nos resulta atractivo de esta plataforma es la interacción con otras personas, pensando en el buen uso por parte de la red social de todos nuestros datos, ya que con ello se les facilita la creación de perfiles sociales que pueden manejar para otros fines, confiando de nuevo en que siempre resulten lícitos.
No en vano, Karsten Gerloff, afirmaba en julio de 2013: «Facebook define quiénes somos, Amazon establece lo que queremos y Google determina lo que pensamos». Dá que pensar……..
.natalia_garcia
Efectivamente Almudena, del dicho al hecho hay mucho trecho y las buenas intenciones y la avaricia, en este caso son un cocktail peligroso. Pero bueno, no hay que ser alarmista, de momento yo no me voy a dar de baja.