¿Leer en papel, en digital, audiolibro? ¿Y la ciencia qué opina?
Está científicamente demostrado que la lectura tiene para el cerebro muchos beneficios:
Fortalece las conexiones neuronales y mejora la reserva cognitiva (resistencia de la mente a las lesiones y el deterioro), favorece el descanso, reduce el estrés y mejora la memoria, entre otros.
Y también sabemos que algunos libros, han sido decisivos en nuestras vidas.
Al neurobiólogo Rafael Yuste, ideólogo del proyecto BRAIN , que se encarga de descifrar como funciona el cerebro, le regalaron un libro a los 14 años de Ramón y Cajal, que determinó su elección profesional .
El libro de Ramón y Cajal `Los tónicos de la voluntad´, encendió en mí la llama de la investigación científica.
Cajal describe que la facultad más importante de las personas es la voluntad, que puedes hacer crecer como una planta en un jardín regándola todos los días.
El libro es un espaldarazo a la gente con vocación por la ciencia.
El gran misterio del funcionamiento de nuestro cerebro es una idea que me apasiona y sobre la que ya escribí un post titulado «El futuro de nuestra mente» ,un ensayo escrito por Michio Kaku. Un eminente físico americano de raíces japonesas, interesado desde siempre por los dos mayores misterios de la naturaleza: la mente y el universo.
En esta ocasión no pretendo dar las claves sobre cuál es el mejor formato para leer, porque ,como os explico a continuación, todos tienen pros y contras.
Lo que intento es ofrecer algunas pinceladas de lo que la neurociencia nos dice al respecto.
Pero antes de nada situémonos en la realidad.
¿Cuál es el contexto?
En 1.981 sale a la venta el primer libro electrónico, el Random House’s Electronic Dictionary.
Sin embargo, fue Stephen King, en el 2.001, el primer escritor en publicar una novela en este formato, y por tanto el que marcó el hito de su lectura a nivel global.
El título en cuestión fue «Riding the Bullet», y vendió medio millón de ejemplares en dos días.
A partir de entonces editoriales y creadores de contenidos vieron un filón en este formato y empezaron a incorporarlo en sus títulos.
Libranda, la principal distribuidora de contenido digital editorial en lengua española en todo el mundo, nos aporta cifras sobre la cuota alcanzada del formato digital en su Informe Anual del Libro Digital 2019
- En el 2019 la cuota del libro digital sobre el mercado total del libro en España es del 5,2%. Ahora bien, si nos fijamos en su cuota en el ámbito de las novedades y grandes lanzamientos ésta oscila entre el 15% y el 25%, en función del título.
Hay que puntualizar que el informe se realizó en el marco de la pandemia COVID y evidentemente este hecho ha actuado como acelerador.
- La venta de ebooks durante las semanas de confinamiento de Marzo y Abril 2020 sube un 50%,
El enorme aumento del consumo de libros digitales y la expansión notable de ebooks, a través de plataformas de suscripción y a través de bibliotecas, son tendencias también explicadas por Ruediger Wischenbart, experto en el mundo del libro, con datos de ventas digitales que abarcan desde 2016 hasta el año completo de 2020, en su Digital Consumer Book Barometer
La aparición de los audiolibros es otro fenómeno en auge.
Audible, la nueva plataforma de Amazon cuenta con podcasts, audiolibros y series grabados en alta calidad con voces de actores españoles. Un empuje mundial imparable.
¿Y qué dice la Neurociencia?
El neurobiólogo Jose Ramón Alonso nos explica en su artículo «leer de oido», que nuestro cerebro no está diseñado para leer.
Por tratarse de una explicación científica os traslado literalmente lo que más me llamó la atención:
No contamos con regiones cerebrales específicas programadas para la lectura. Tarea que conseguimos con rapidez con el entrenamiento, porque aprender a leer es crucial para una buena calidad de vida.
Para observar qué pasa en nuestro cerebro cuando escuchamos un libro y cuando lo leemos, se llevó a cabo un estudio en el que se utilizaron escáneres cerebrales a tiempo real.
Se registró la actividad neuronal en dos experimentos separados mientras los participantes escuchaban o leían varias horas de las mismas narraciones.
Se encontró que la sintonía semántica durante la audición y la lectura están altamente correlacionadas en la mayoría de las regiones de la corteza occipitotemporal ventral (VOT)
Esto significa que la manera en que construimos el significado del lenguaje es la misma recorriendo visualmente las letras que escuchando esas mismas letras sin verlas.
Elaboraron un impresionante atlas cortical con técnicas de neuroimagen. Cartografiaron zona a zona la superficie de la corteza mapeando 80 000 áreas cerebrales del tamaño de un guisante.
Los resultados sugieren que la mayoría de las áreas en las que se localiza el significado de las palabras representan grupos de conceptos relacionados.
Por ejemplo, si escuchamos abuelo, hogar y madre, se activará la misma zona que ya tenemos localizada en el atlas como el dominio Familia.
En conclusión, el medio por el que la esencia de las palabras llegue a nosotros puede ser visual, táctil o auditivo, da igual.
La clave es entender la palabra leída o escuchada y aprender de la experiencia lectora.
Cada página de un libro escrito en letra impresa, o narrado con fidelidad desde esa letra impresa, modifica nuestro cerebro.
Por su parte el neurocientífico Facundo Manes en su libro «El cerebro del futuro« nos dice:
En las neurociencias no hay consenso sobre cuál es el formato más adecuado para la lectura.
Muchos estudios muestran las ventajas del papel, mientras que otros señalan que no hay diferencia alguna entre ambos formatos, o bien muestran las ventajas del formato digital.
La pregunta importante no es qué formato es mejor, sino para qué, para quién y cuando.
¿Hablamos de un niño o de un adulto?¿lectura de escuela o lectura de entretenimiento? ¿lectura técnica o ficción?
Me parece muy sensata su opinión, todo vale si se disfruta de la experiencia.
Mas adelante, continuando con sus reflexiones, sí nombra algunos elementos que indican la preferencia hacia uno u otro formato.
Apunta a que uno de los cambios que se produce en la estructura digital es el límite.
Un libro físico lo tocas y ves sus límites, tanto físicos (tamaño del libro, página derecha, página izquierda) como en el avance de tu lectura (lo que llevas leído y lo que te falta).
Esto implica que el elemento de «control» sobre la lectura es más sencilla en un libro en papel.
La comprensión lectora y análisis de la lectura también parecen, de forma general, hechos más ligados al libro en papel.
Subrayar, apuntar , ir para delante o atrás, es mas sencillo (en digital lo puedes hacer pero tiendes a perderte).
No podemos olvidar que el libro físico es el formato con el que históricamente hemos leído.
Tenemos en este formato unas raíces arraigadas, un sentido de apropiación del texto, tratando el libro como un elemento muy personal.
Pero la realidad es que el formato digital ha venido para quedarse y estos vínculos que nos unen al papel conviven, sin duda, con la practicidad de este reciente formato, que poco a poco va ganando terreno.
Llevar en el bolso una biblioteca a la que puedes acceder desde cualquier sitio, la reducción de sus precios y olvidarte de si te caben o no en tu casa todos los libros que compras, son circunstancias aplastantemente determinantes a la hora de no renunciar a esta nueva forma de leer.
Si a esto sumas que el tamaño de la letra la pones a tu antojo… Pues eso.
Y respecto al audiolibro es una opción estupenda para un abanico amplio de público: Desde personas con dificultades en su vista o personas mayores que se sienten fatigadas por el esfuerzo que les supone leer.
También es una excelente opción para los niños en el aprendizaje de la lectura o animar a quienes no disfruten con la experiencia de leer.
O simplemente a quien le apetezca que le cuenten una historia, como cuando de pequeños nuestra madre nos leía un cuento.
Creo que somos muy afortunados por poder contar, hoy en día, con tantas posibilidades para acceder a los libros.
¿Y porqué elegir?
Son formatos completamente compatibles que, en función de cada circunstancia, se adaptarán uno u otro más a nuestra necesidad o apetencia.
Porque en cualquier caso, como decía al inicio, los amplios beneficios que reporta leer a nuestro cerebro (fortalece las conexiones neuronales, favorece el descanso, reduce el estrés y mejora la memoria) se mantienen SIEMPRE.
Gracias por seguir mi blog y ¡¡A seguir leyendo¡¡