«Bartleby, el escribiente» es un cuento del escritor estadounidense Herman Melville.

Es una historia de cincuenta hojas, original y diferente a todo lo que he leído antes.

Un relato inquietante, sorprendente y transgresor para una época en la que los únicos triunfos de Herman Melville fueron en sus inicios, con sus relatos sobre sus aventuras en la Polinesia,  a destacar su novela Taipi.

Herman Melville

Herman Melville fue un escritor, novelista, ensayista y poeta norteamericano del siglo XIX.

Se trata de un escritor poco reconocido en su época. 

Sus historias de aventuras, basadas en experiencias personales por los mares del Sur, fueron los únicos éxitos que le permitieron vivir de la escritura.

Pero en 1850, quizás a consecuencia de conocer al escritor y gran admirador Nathaniel Hawthorne, -escritor de ficción gótica y romanticismo oscuro y autor de “La letra escarlata”-, el estilo de Melville dio un giro.

Existe un libro interesante sobre su relación espistolar: “Cartas a Hawthorne”.

Se trata de diez cartas que le escribió Melville donde muestra sus dudas e inquietudes sobre él como escritor, y su necesidad de crear historias que, desgraciadamente, no le daban de comer.

Su escritura dio paso a centrarse en motivos mas metafóricos, mas profundos, llegando a publicar en 1851 – y dedicándosela a su gran amigo- el clásico “Moby Dick” y la lucha entre el bien y el mal.

Obra que no gustó. No tuvo éxito ni reconocimiento hasta principios del siglo XX.

A partir de ese momento y debido a la falta de ingresos , Melville estuvo trabajando como funcionario en Aduanas y entró en una época de adicción al alcohol, escribiendo obras sin éxito y  convirtiéndose en un ser atormentado y de difícil convivencia para su mujer y sus hijos.

Dos años después de la publicación de “Moby Dick”, en 1853 publicó “Bartleby, el escribiente”.

Argumento ” Bartleby, el escribiente”.

Narra la historia de Bartleby, el escribiente, contada a través de un abogado de nombre desconocido que tiene su oficina en  Nueva York.

Como los dos escribientes que trabajan para él no son suficientes para hacer todo el trabajo de la oficina, el narrador contrata a Bartleby como un nuevo escribiente, cuyo trabajo es copista de documentos.

Inicialmente Bartleby se muestra como un empleado ejemplar. Sin embargo, cuando su jefe le pide que examine con él un documento, Bartleby contesta: «preferiría no hacerlo» (I would prefer not to, en el original) y no lleva a cabo la solicitud.

A partir de entonces, a cada nuevo requerimiento de su jefe contesta únicamente con un “preferiría no hacerlo”. 

Su jefe descubre que Bartleby no abandona nunca la oficina y que parece que se ha quedado a vivir allí.

Ante la negativa de Bartleby a realizar cualquier nueva tarea, su jefe va pasando por distintas fases.

Inicialmente  de enfado e ira, después siente  pena y  solidaridad por un ser tan solitario e indefenso,  y finalmente llega al  desespero porque es incapaz de quitarse de encima a su empleado.

Cuando descubre que su empleado hace la vida en la oficina piensa: 

Mis primeras emociones fueron de pura melancolía y piedad sincera. Según iba creciendo en mi imaginación el desamparo de Bartbely, esa melancolía fue absorbida por el miedo, la piedad por la repulsión.

Como lectora, es una historia que te desconcierta, porque no tienes datos de ese hombre, no se sabe nada de él, ni cómo es, ni de donde viene, ni lo que siente, ni porqué lo hace.​

Incapaz de expulsarlo, el jefe decide trasladar sus oficinas a otro sitio, pero Bartleby permanece en el lugar, y los nuevos inquilinos le buscan para quejarse  de su presencia.

Su ex jefe intenta convencerle de que se vaya, pero no lo consigue y Bartleby es finalmente detenido por vagabundo y encerrado en la cárcel.

Y hasta aquí puedo contar.

El final desentraña un hecho en la biografía de Bartleby que aporta cierta luz a su comportamiento.

¿Porqué leer “Bartleby, el escribiente”?

Lo primero por su calidad literaria, conciso en sus descripciones y con una prosa cuidada que te va arrastrando, con el narrador, a su desesperación por no saber qué hacer con ese hombre.

Es una historia que ha generado múltiples  interpretaciones.

La resistencia pasiva del protagonista es un enigma.

Puede significar desde una crítica social y política por el deseo de escaparse de lo establecido, a tratarse de un asunto psicológico de salud mental y autismo.

Se le califica también a Bartleby de ser una “isolated person”.

Personas aisladas que no participan en la trama social. Prefieren no participar. La sociedad es hostil con ellos, pero ellos no, se resisten pasivamente, viven en la inacción. 

Incluso se piensa en la hipótesis de que se trata de un reflejo autobiográfico, ya que Melville refleja muchas experiencias personales en sus obras.

En esa época vivía con la frustración y el desengaño ante una sociedad que no le reconocía el éxito por no seguir con sus escritos de aventuras que tanto gustaban.

Lo que me impulsa a escribir, está vetado: no da dinero. Y sin embargo, por lo general, escribir de otro modo no puedo. Así que el resultado final es una chapuza, y todos mis libros son un estropicio.

El cuento ha sido considerado precursor del existencialismo y de la literatura del absurdo.

Es un cuento inquietante y diferente que merece la pena leer y que cada  cual saque sus propias conclusiones, porque de lo que sí estoy segura es de que os hará pensar.

Gracias por seguirme en mi blog 

Os dejo, como siempre link al libro para que os animéis a leerlo y me deis vuestra opinión.

6 Comentarios

  • Publicado julio 2, 2021
    .DILMUN

    Tengo muchísimas ganas de leer este relato, de hecho lo voy a comprar ahora y lo leeré ya. De Herman Melville leí, hace mucho tiempo, Mobiy Dick y me entusiasmó. Curiosamente, estoy releyendo las historias de H. P. Lovecraft, que,aunque no tenga nada que ver con la historia de Mobidick, tambien habla del abismo del océano, del misterio de los océanos,. Lo he relacionado rápidamente cuando leído el post aunque este último (y su círculo),también norteamericano, es un novelista de ficción y de terror que probablemente a ti no te gustaría por su temática. Lo dicho, gracias por tu sugerencia. Lo compro ya

    • Publicado julio 6, 2021
      .Natalia

      Gracias Dilmun, me alegro de que te animes a leer el libro, por favor no dejes de darme tu opinión.
      Investigaré sobre Lovecraft, me gusta que me mencionéis a autores que os gustan. Efectivamente no he leído nada pero lo buscaré-

  • Publicado julio 6, 2021
    .Almudena

    Siguiendo tu recomendación como siempre hago, porque realmente son acertadisimas, leí este breve cuento y gran joya de la literatura y me resultó, como adviertes en tu reflexión, algo inquietante y divertido pero también perturbador. Aunque parece que aún hoy la motivación del protagonista sigue siendo un exquisito misterio literario, la determinación y sosegada delicadeza con la que se atreve a decir NO, hace que pensemos en última instancia en un hombre que, cuánto menos, eligió la libertad. Bartleby representa la inacción e impotencia al límite, la marginación extrema que parece situarse en contra del ideal humano de obtener riqueza y éxito en la vida. Resulta turbador cómo el narrador acaba el cuento con una alusión directa hacia la frustración y con un doble lamento: !Oh Bartleby! !Oh humanidad ¡. Absolutamente aconsejable como todos los libros que recomiendas. Gracias, aciertas siempre. Enhorabuena Natalia, eres una guía fantástica de lecturas interesantes!

    • Publicado julio 6, 2021
      .Natalia

      Gracias Almudena por tu interesante reflexión. Un placer siempre.

  • Publicado marzo 3, 2023
    .Luis Manteiga Pousa

    Maravilloso relato, como casi toda la obra de Melville. Cuantas veces en la vida preferiríamos no hacerlo…pero lo hacemos. Es el precio a pagar por vivir en sociedad y está bien que sea así siempre que no sea demasiado represor. “El malestar en la cultura” de Freud lo refleja bien. Pero la vida salvaje, generalmente, es peor.

    • Publicado marzo 6, 2023
      .Natalia

      Gracias por tu comentario Luis. Así es, no queda otra que seguir adelante a pesar de todo…

Deja un comentario