Hablemos del libro «Un millón de gotas» de Víctor del Árbol.

Lo primero que he de decir es que es el primer libro que leo durante las vacaciones de verano y literalmente lo he devorado en unos tres días (libro de bolsillo de 664 páginas).

Por ello, mi primera impresión es que me ha tenido enganchada y para mi es el mejor síntoma para saber que  ha merecido la pena.

Conozcamos a  Víctor del Árbol..

La vida de este escritor es peculiar.

Hijo de inmigrantes andaluces y nacido en Barcelona, en un barrio conflictivo.

De orígenes muy humildes, cuenta, en una entrevista como su madre, que de niño limpiaba casas en el centro de Barcelona, con una gran inteligencia emocional, le llevaba a primera hora a una biblioteca y la bibliotecaria se hacía cargo de él hasta que ella llegaba de trabajar.

Eran muchas las horas que se pasaba entre libros y en ese entorno seguro, no solo consiguió evitar un ambiente callejero hostil, sino que comenzó su amor por los libros y encontrar en el silencio mucha paz.

Mas adelante ​fue seminarista durante cinco años y trabajó como Mosso d’escuadra entre los años 1992 y 2012.

Experiencias muy distintas que sin duda fraguaron en él muchas de sus historias.

Víctor del Árbol escribió desde niño compaginándolo con sus trabajos, hasta que con la publicación de su novela «La tristeza del Samurai», en el 2011, consiguió el premio a la mejor novela negra europea que otorga la publicación francesa Le Point , y fue el momento en el que tuvo que elegir y decidió dejar su vida como funcionario y dedicarse de pleno a la escritura.

Desde ese momento seis han sido las novelas publicadas, la última en este año 2021: «El hijo del padre».

Muchas han sido las distinciones conseguidas, siendo en el 2016 Premio Nadal con su novela «La víspera de casi todo«.

Argumento «Un millón de gotas»

La historia arranca con la muerte de un niño de seis años en el año 2001, y con la acusación de su madre de haber sido la responsable de haber  matado a su asesino.

Gonzalo, el hermano de Laura , adquiere un papel protagonista y debe buscar  la causa de la muerte de su sobrino en los años 30 en la Unión Soviética.

Esta estructura novelística de contar en paralelo dos historias, que te llevan del pasado al presente es muy frecuente en este escritor.

Le interesa la búsqueda de respuestas del presente en el pasado, porque el autor considera que cuando el presente no ofrece ninguna esperanza, se mira al pasado con indulgencia, lo que no  gusta lo borramos y traemos lo mejor e incluso lo inventamos.

Esa consciente (o inconsciente) manipulación del pasado es lo que le ocurre a Gonzalo, cuyo padre desapareció  cuando él  tenía cuatro años, y sin embargo tiene un recuerdo plagado de buenas experiencias alimentadas de lo que su madre le contaba.

Es esa búsqueda de la verdad y  el camino que va recorriendo el protagonista, junto al lector, para descubrir las vivencias de su padre, la manera en que se va fraguando la historia.

¿Alguna vez hemos pensado cómo eran nuestros padres antes de ser nuestros padres?

Esta es una curiosa reflexión que el autor pone encima de la mesa.

Elías Gil, el padre de Gonzalo, es el protagonista de la historia del pasado.

Un muchacho de padres comunistas, ingenuo, que  llega a la URSS  en los años treinta, época de Stalin, para terminar sus estudios de ingeniería y pronto se da cuenta de que el régimen policial es distinto al esperado. 

Escribe cartas a su padre explicándole lo que ocurre en realidad  y acaba siendo arrestado.

Es deportado a Siberia, como espía Troskista.

Los deportados, o “colonos”, como preferían llamarlos, debían poner en producción más de un millón de hectáreas de tierras vírgenes en las regiones escasamente pobladas (y heladas), convirtiéndose en última instancia en autosuficientes en un período de dos años. Esta era la idea del primer Gulag, aunque la realidad fue muy distinta. 

Los deportados eran personas «socialmente dañinas»: delincuentes, gitanos, campesinos huidos de la hambruna, espías..

Esta parte de la historia está basada en hechos reales . Seis mil personas fueron llevadas desde allí a la isla de Nazino y sólo dos  mil sobrevivieron.

Fueron enviadas sin recursos  y se convirtió en una página más de la historia trágica y terrible  del Stalinismo.

Este traumático suceso es el arranque de la vida de Elías Gil que entre tanta tragedia también encontró el amor de Irina, una historia que llevó consigo hasta el día de su muerte.

El acercamiento de ambas historias, que finalmente convergen y se funden en una única, es el desarrollo de esta novela de amor y muerte, desespero y esperanza.

No se muy bien en qué género situarla, no es policiaca, tampoco historia novelada, aunque se apoya en conflictos bélicos reales. 

Quizás podríamos decir que es una novela de espías con sus pinceladas de amor.

¿Qué me ha gustado de «Un millón de gotas»?

Se va tejiendo una historia muy bien contada, entrando en las vivencias de los personajes, trabajados en detalle.

La dureza de la vida de algunos de ellos, aunque  no justifica sus actos, pero entiendes el porqué de ciertos comportamientos.

La complejidad humana y la transformación personal que se sufre para poder lidiar con las nuevas circunstancias que la vida te impone, son una constante en la obra.

Es como un puzle que va encajando poco a poco.

Es una novela que en la parte que trata sobre la vida de Elías Gil se remonta a la época Stalinista, la guerra civil y la segunda guerra mundial y por ello la violencia de sus experiencias está patente. Pero no es una violencia gratuita, es una violencia que te sitúa en una época y que va modelando su personalidad.

..Una matanza sin sentido, miles de hombres y animales cubriendo con su sangre y sus cadáveres el campo de batalla  sin que las maquinas alemanas hubieran sufrido un solo rasguño con la embestida.

Y a pesar de tanta violencia, existe un mensaje de esperanza.

Le dije que no podía luchar ella sola contra toda la maldad del mundo, que sus esfuerzos solo eran una gota en el océano. Y ¿sabes lo que me respondió? «Qué es el océano sino un millón de gotas?»

La parte de la historia de Gonzalo en la Barcelona del 2002 te muestra una  visión de los problemas más actuales. Las reflexiones viajan en otra dimensión menos dramática, mas cercana.

Gonzalo, un hombre normal, con mujer y dos hijos. Tiene una vida acomodada como abogado, pero bajo la sombra de su poderoso suegro.

En este caso la supervivencia no es la urgencia, es la honradez con uno mismo, y la valentía de vivir bajo las normas que cada cual se impone, no arrastrado por los deseos de los demás.

La convivencia del  matrimonio y la relación con sus hijos se enreda con la historia de su pasado, utilizando para ello continuos flashbacks.

Dos mundos, dos visiones, dos momentos históricos, con sus heroicidades y atrocidades, sus culpas y sus reproches.

Un pasado complejo que marca, sin remedio, la vida de  hijos y nietos de Ignacio Gil.

Os animo a leer esta historia, yo seguiré indagando en este escritor, que pasa a formar parte de mi lista de favoritos.

Gracias por seguir mi blog y, por favor, contarme vuestra opinión.

2 Comentarios

  • Publicado agosto 12, 2021
    .DILMUN

    Querida Natalia, veo que continúas inmersa en la búsqueda de más “alimento para el alma” Como siempre, transmites tu entusiasmo por la lectura y lo contagias. Lo apunto en mi lista, aunque, pensándolo bien, prefiero volver a entrar en tu blog y contagiarme. Un besazo y feliz verano!

    • Publicado agosto 16, 2021
      .Natalia

      Gracias Dilmun por tu cariñoso comentario. Da gusto que la gente se contagie por el placer de leer.
      Un beso fuerte

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