En los tiempos que corren abrir una librería es un acto de heroicidad pero si encima abres dos y en plena pandemia (año 2020), yo diría que eres un loco.
Pero es difícil poner trabas a los sueños y a Ginés Ayala nada ni nadie le impidió cumplirlos.

Ginés es un tipo muy simpático que desde el primer día que pisé sus librerías y le conté mi intención de hablar sobre ellas estuvo muy atento y me dedicó todo su tiempo.
Ginés es un enamorado de Madrid, es uno de los pocos «gatos» de esta ciudad; nacido en el barrio de Lavapiés se crió entre los cachivaches del puesto de su padre en el Rastro. Esa experiencia le caló hondo y es un autentico enamorado de la búsqueda de artilugios raros y antiguos. Tal es su pasión que tiene naves llenas de cosas porque es imposible poder acumularlas en su casa. Comenta emocionado esa época : «el Rastro ya no es lo que era, su gente era increíble y las experiencias vividas son irrepetibles».
Sus librerías son un buen ejemplo de su personalidad, una mezcla de lector empedernido y coleccionista. Por encima de todo Ginés ama la belleza y sus tiendas acumulan mucha historia, libros modernos y antiguos (algunos auténticas joyas) junto con antigüedades, y en el caso de La Cultural de Sagasta una auténtica inmersión en el mundo Tintín
Su preciosa fachada y su mensaje «casa especializada en sueños y fantasías» te invitan a entrar.

Son tantas las figuritas y los coches que ves desde el escaparate que más que una librería tiene el aspecto de una tienda de regalos. Está ubicada en una zona turística y muchas son las personas que entran para curiosear este lugar tan especial.
Es como un viaje al pasado, lleno de propuestas para sorprender, y no solo de libros, sino miniaturas, elementos de escritorio y por supuesto detalles de Tintín, Capitán Haddock y Milú. Un lugar nostálgico pero con mucho gusto y con contrastes tan sorprendentes como la estantería con libros antiguos (autenticas joyas ) o la caja registradora americana de 1900.



Con un concepto diferente pero igual de acogedora y de sorprendente tenemos La Cultural en Ferrer del Rio 22.

Una librería en el barrio de la guindalera de la que Ginés se siente muy agradecido por la buena acogida que ha tenido. Para él una librería no es un lugar donde únicamente compras un libro. En La Cultural te ofrecen una experiencia completa. Te hacen retroceder en el tiempo por su decoración decimonónica y te invitan a presentaciones de libros amenizadas con música de piano y violín o a escuchar un recital de poesía.

En la entrada ya ves la diferencia con la de Sagasta; mantiene detalles y su querido mundo Tintín no desaparece pero el grueso de la oferta son libros.
Aunque la joya de la corona está en el piso de abajo. Viendo esta entrada no te puedes imaginar el santuario que Ginés tiene abajo.

Una acogedora sala, llena de encanto que te traslada de siglo. Su piano es una pieza única del siglo XVIII Muzio Clementi (fabricante de pianos y reconocido como el primero compositor que escribió específicamente para piano). Una pieza emblemática en perfecto estado.
Un reloj Art Decó de principios del siglo XX o una escultura de perros de Louis-Albert Carvin, son solo algunos ejemplos de las antigüedades que decoran esta sala y que junto a los libros usados, libros antiguos, y nuevos crean una atmósfera ideal para leer, charlar o realizar múltiples actividades que convierten esta librería en un lugar muy especial.
Quería abrir una librería con alma donde la gente se sienta feliz


En la petición que hago a todos los libreros para que me muestran un libro que sea para ellos especial, Ginés me muestra «La sombra del viento» de Ruiz Zafón porque su librería para él es el «rincón de los libros olvidados».

Enhorabuena Ginés, un gusto para todos los amantes de la lectura el que tu hayas podido cumplir tu sueño y regalarnos así unos rincones con alma.
Os animo a visitarlos en Sagasta 12 y Ferrer del Rio 22
Gracias por seguirme en mi blog www.leodisfrutoescribo.com y feliz lectura¡
2 Comentarios
.DILMUN
¡Qué gozada! Me encantan tus visitas a las librerías!
.Natalia
Gracias Dilmun. La verdad es que lo estoy disfrutando mucho.