¿Quién es Claire Fuller?

Claire Fuller es una escritora inglesa (1967,Oxfordshire) tanto de novelas como de ficción breve. Estudió escultura en la Escuela de Arte de Winchester, obtuvo un máster de Escritura Creativa y Escritura Crítica por la Universidad de Winchester y, tras muchos años como codirectora de una agencia de marketing, decidió dedicarse por completo a la literatura bien entrados los cuarenta.
Tierra inestable ha sido una novela ganadora del Costa novel Award 2021 y finalista del Women’s Prize for Fiction.
Lo primero que me llama la atención es la preciosa ilustración de portada. Una imagen inquietante de una persona escondida tras unas plantas con escarabajo incluido. Este mimo a las portadas, tan visuales, tan llamativas, tan bonitas, es un sello de identidad de esta editorial Impedimenta; le otorgan al libro calidad y calidez, y una vez que lo he leído os puedo asegurar que esta imagen está elegida y plasmada con excelente acierto.
Argumento de Tierra inestable
Los mellizos Jeanie y Julius tienen 51 años y viven con su madre, Dot, en una casa vieja en mitad de la campiña inglesa. Viven aislados y con recursos económicos muy escasos. Julius tiene empleos ocasionales y Jeanie y su madre cultivan verduras en su huerto y, cuando cae la noche, tocan sus instrumentos y cantan juntos. Pero cuando Dot muere, de forma repentina Jeanie y Julius se enfrentan a un mundo desconocido e inabarcable .
Qué me ha gustado de Tierra inestable
Como persona cien por cien de ciudad que soy, leer una novela en donde el mundo rural en una familia sin recursos es el gran protagonista, me ha generado una sensación de inquietud y sorpresa por la crudeza de las circunstancias, pero también una tierna cercanía a esa realidad y gran ternura por sus personajes.
«En el huerto de atrás, la nieve se cuela por los desgarrones del túnel de polietileno, enfría los plantones de cebollas a diez centímetros bajo tierra y marchita los nuevos brotes de acelgas«
Es una novela con una descripciones tan precisas que hueles literalmente el ambiente, y sientes el frio y las incomodidades. La perra de Jeanie, un ejemplar de caza color bizcocho, es un personaje cuya presencia llena mucho el hogar. El primer capítulo te da pinceladas de los recuerdos de Dot y aunque de una forma muy humilde pero te pinta un cuadro de cierta felicidad con sus hijos, el perro, amigos y música (y como ella dice «alguna mentirijilla») pero desde su muerte, ya al finalizar este primer capítulo, con setenta años es cuando comienza la verdadera historia.
Salvando las distancias, pero para haceros entender mejor la trama ,podría ser similar a como se podrían enfrentar dos niños (aunque en este caso tengan cincuenta y un años, pero en cuanto a experiencias vitales son niños) con pocos recursos que han vivido muy protegidos por su madre en una casa en el campo a base de la venta de sus verduras, sin internet, poca relación con el exterior y casi analfabetos, a vivir por ellos mismos (a sobrevivir). Además de superar el duelo de su madre lo primero que tienen que hacer es enfrentarse a la burocracia del entierro, con el asombro añadido de la noticia de que su madre tenía importante deudas pendientes.
Sobre esta base, la escritora de una forma pausada (que no cansina) y siempre con el telón de fondo de la falta de recursos te va mostrando las sensaciones de asombro, miedo, incertidumbre, reacciones de la gente que les rodea, frustración…
Es interesante también la relación de los hermanos. Como cada uno de ellos ve la realidad de forma distinta, e intenta resolver las cosas a su manera, pero al mismo tiempo existe un amor inmenso entre ellos que les hace mostrarse dudosos en muchas de sus decisiones. El marco temporal no es lineal, se entremezclan recuerdos con Dot que te ayudan a entender lo vivido.
Es una bofetada de realidad y todo ello aderezado con el descubrimiento de secretos que su madre guardó y que les afectan directamente, desmontándoles creencias muy arraigadas en su vida.
Me parece realmente asombroso cómo la escritora ha sido capaz de mantener mi atención en el libro, sin dejar de leerlo, y que a pesar de lo duro del ambiente, el poso que me queda es de ternura por la ingenuidad de sus personajes, su cero malicia, sus preocupaciones tan alejadas de las nuestras porque lo que les quita el sueño es saber donde van a dormir y que comerán, y , en definitiva, haya conseguido sentirme tan cercana a ellos, sobre todo a Jeanie, una maravillosa niña grande arropada por una madre que no la dejó volar.
Es un gran ejercicio literario de sensibilidad, diría yo.
El título no puede ser mas acertado, Tierra inestable es lo que define la esencia de la novela. Certidumbre cero. Os la recomiendo.
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